Te cuento sobre lo que veo, lo que leo, lo que escucho, lo que recomiendo, lo que me gusta, lo que no me gusta, lo que venga, lo que pinte, LO QUE VA.

28 de abril de 2010

Yo, Robot - Isaac Asimov



Yo, Robot de Isaac Asimov
Antes de que empiecen a leer esperando una reseña sobre la película I, Robot que protagoniza Will Smith les advierto que el comentario es sobre la novela que dio nombre a la película. Curiosamente, la película no parece tomar de este libro más que el título y Las Tres Leyes de la Robótica. En realidad la película está basada en otra obra menos conocida de Isaac Asimov, llamada Caliban. La razón de que se adoptara el título Yo, Robot para la película de 2004 es que, además de ser más “comercial”, se trata de una de las obras más notorias de Asimov.
Antes de empezar debería reconocer que no soy un gran lector de ciencia ficción. Mis lecturas sobre este género se limitan a dos novelas de Philip K. Dick (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Ubik, que ya comentaré) y la que acá voy a comentar. El principal atractivo que encontré en este género es que somete a sus personajes –y al lector con ellos- a realidades completamente irreales (aunque no imposibles), con lo que se producen nuevos interrogantes acerca de qué es ser humano y planteos filosóficos semejantes. Aunque el o los mundos sean totalmente diferentes, veremos que el humano será cada vez más humano. Se trata de alejarse del ser humano para redescubrir qué es ser humano.
Esto podemos encontrarlo más marcadamente en las obras que cité de Dick, un verdadero genio de la ciencia ficción. Como contrapartida, en Yo, Robot encontraremos nueve relatos-enigmas en los que las estrellas serán, como su título lo indica, los robots. A partir del postulado de Las Tres Leyes de la Robótica, a saber:
1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño,
2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la primera Ley,
3. Un robot debe proteger su propia exitencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda Leyes,

se plantearán diferentes conflictos en los que la robopsicóloga de la mayor empresa fabricante de robots, Susan Calvin, deberá utilizar toda su capacidad intelectual e ingenio para tratar de resolverlos.
Lo más jugoso:
En el capítulo III (“Razón”), en una estación espacial un robot con gran capacidad de razonamiento comienza a reflexionar y cae en la cuenta de que el espacio, las estrellas y todo aquello que está fuera de la estación espacial no existe y que los humanos que se encuentran allí como sus jefes son en realidad insignificantes y para colmo inicia una religión propia.
En el V (“¡Embustero!”), un error de fabricación del cerebro positrónico hace que un robot tenga la capacidad de leer la mente humana.
En el VIII (“Evidencia”) se sospecha que un humano que pretende ser alcalde de una ciudad es en realidad un robot humanoide. Este capitulo es, sin dudas, el mejor y más filoso.
En el IX (“El Conflicto Evitable”) nos encontramos en un futuro bastante más avanzado que el de los otros relatos. En este, el mundo cambió muchísimo: está dividido en regiones (no en países) y cada región posee una Máquina que se encarga de lo que resulta mejor para la economía humana. El desenlace de este capítulo es muy ingenioso.
En fin, creo que para los amantes de la ciencia ficción este comentario no servirá de nada, ya que se trata de una obra fundamental del género que seguramente ya habrán leído, pero para quien esté interesado a empezar a leer este tipo de novelas puede ser un buen punto de partida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario